Pedro: Odio este lugar. -Dijo terminándose de poner la camisa con mi ayuda-
Paula: Pero ya nos vamos... -Dije riendo- no te quejes, que te dieron antes el alta.
Pedro: ¿Antes?
Paula: Y si mi amor. -Saque la campera del bolso- Ponete que hace frió.
Pedro -Me agarro de la cintura-: Te amo.
Paula: Yo también te amo. -Besé sus labios tiernamente- ¿Vamos? Tengo hambre.
Pedro: Me extraña que no tengas hambre mi amor.
Paula: Estar acá con vos dos semanas y comer lo mismo de siempre; no me gusto. -Dije riendo-
Pedro: Yo muero por comer milanesas. -Yo negué- ¿No, qué?
Paula: Por unos cinco días deberás tomar sopa y comer liviano mi amor. -Sonreí-
Pedro: Yo creí que al salir de acá podría ya comer lo que quiera. -Protesto-
Paula: Creíste mal. -Dije riéndome-
Pedro: Vamos que tengo unas ideas que contarte... -Sonrió- muchas.
Paula: ¿Qué tendrás en esa cabecita?
Pedro: Y tengo...
Paula: No me lo digas. -Dije riendo- Ya se lo que tenes.
Pedro: ¿Qué tengo? -Abrí la puerta-
Paula: Tenías dos pajaritos, pero uno murió ya. -Dije triste-
Pedro: ¿Me estas diciendo que no tengo nada? -Encogí mis hombros riéndome- Bueno. Yo ahora no te diré las fascinantes ideas que tengo en mente.
Paula: Luego me dirás, lo se.
Pedro -Sonrió-: ¿Tenes que avisar?
Paula -Negué-: Ya me dieron todo, firme y listo.
Pedro: ¿Pagaste, no? -Yo negué- ¿Y quién pago?
Paula: Nose. Creo que Hernán trajo una orden...
Pedro: Ah. -Dijo rodeando un brazo en mi cintura-
Paula: Amor, no esta para que me abraces ni nada. Hagata te paras. -Yo la miré mal- Ok, ya no digo nada.
Pedro: Estoy bien, en serio.
Paula: Esta bien, esta bien. -Besé su mejilla- Eso si, prendete esa campera, hay mucho viento.
Pedro -Suspiró-: Amor...
Paula: Te cuido. -Dije sonriendo-
Pedro: Y yo te amo mucho, ¿sabías?
Paula: Me encanta que me lo repitas siempre. -Dije sonriendo-
Subimos al auto. Claro que lo ayude a él subir y luego subí yo, ya que iba a manejar.
Pedro: La verdad que hacía frió. -Dijo acomodándose en el asiento-
Paula: Viste. -Dije arrancando el auto- Contame de tus ideas...
Pedro: Te dije que no te voy a contar nada.
Paula: Se que me lo vas a contar.
Pedro: No. No voy a contar nada ya.
Paula: Ay, él se ofendió... -Dije riéndome-
Pedro: Conduce y mantente en silencio. -Dijo serio. Cosa que no le creí-
Paula: Si jefe. -Dije riéndome-
Pedro: Contigo no se puede hablar en serio... -Dijo sacando su celular que estaba sonando-
Paula: ¿Quién? -Dije sonriendo-
Pedro: Movistar. -Rió-
Paula: Hum...
Comenzamos hablar de varias cosas y también nos pusimos a cantar. Si, a cantar los dos juntos.
Paula: Para, vas muy rápido. -Aproveche el semáforo en rojo y lo miré- Te dejo por tus amigos, te cambio por otra y no te dijo adiós.
Pedro: Tu cabeza esta echo un lío y quedarte en casa es mucho peor.
Pau/Pedro: Ha bailar, a ver si viene algo mejor. Ha bailar, no busques otra solución. Y proba toda la ropa que esta en el placar -Volví a arrancar al ver él semáforo en verde y seguí cantando con él- la que te combina y la que no te va. Y salí a matar, che bombón... -Reímos-
Paula: Así es la cosa...
Pedro: Somo dos boludos. -Reímos- Divertidos.
Paula: Muy. -Tararee un tema- Hay cosas nuevas que te invitan a decir que si; que nos atrapan y se alegran más el corazón.
Él sonrió y yo seguí cantando varios temas. A veces me seguía, pero mas me dejaba cantando a mi sola.
Minutos llegamos a mi departamento. Era a donde se iba a quedar conmigo y si es posible vivir conmigo. Había decorado un poco en las dos semanas y ordenado también; mucho no tenía que ordenar porque él lo había dejado bien.
Cuando entramos el recibimiento de Moro estuvo presente y no paraba de saltar. Lo alcé y comencé acariciarlo y Pedro me miraba. Luego de unos minutos de estar parada junto con Moro...
Paula: Ahora, anda acostarte... -Dije sonriendo-
Pedro: ¿Me acompañas?
Paula: ¿Que no podías solo? -Dije riendo-
Pedro: Una cosa es pedirte y otra no. Pero como no queres...
Paula: Bobo. -Dije besando sus labios dulcemente- Vamos; yo voy a preparar la merienda.
Pedro: Que sea algo mas rico que en el sanatorio. -Dijo suplicando y yo reí- Ey, no te rías. Eran horribles esas tostadas y ese té amargo. -Reí- La suerte mía es que vos estabas ahí y le ponías dulce a ese té.
Paula: ¿Yo? Esto de estar herido te hace hablar cada cosa.
Pedro -Agarro mi rostro-: Vos me pones así. -Sonreí y beso mis labios-
Paula: Ya vuelvo. -Dije yéndome-
Él no dijo nada y al parecer prendió la tele.
Yo baje rápidamente y comencé hacer la merienda. Cuando termine, estaba a punto de levantar la bandeja y un celular sonó. Era él de Pedro.
-Mensaje de Melody: Gracias ☺. Tú sabes el porque...
¡Él sabe, yo no! ¿Qué paso? ¿De que me perdí?
Puse el celular de él y el mío en la bandeja de la merienda y con ella comencé a caminar con mi mejor cara y hablar tranquilamente.
Cuando entré Pedro estaba dormido. Me acerqué dejando la bandeja a un costado y si, estaba dormido. Pero se que tenía hambre, me lo había dicho.
Paula: Gordo. -Besé su mejilla-
Pedro: Hum... -Dijo entreabriendo los ojos- me dormí.
Paula -Sonreí-: Acá te traje algo diferente... -Dije riendo-
Pedro: Gracias. -Beso mi mejilla- ¿Todo bien?
Paula -Encogí mis hombros-: Te llego un mensaje de Melody...
Pedro -Abrió sus ojos-: ¿Otro?
Paula: ¿Otro? ¿Cuando te mando otro?
Pedro: Cuand....
Paula: Ni me lo digas, ya se... -Dije rápidamente- Cuando te pregunte me dijiste Movistar; ¿por qué mentiste?
Pedro: No quiero volver a las semanas anteriores.
Paula: ¿Qué tiene que ver eso?
Pedro: La verdad que ella me ayudo a encontrarte.
Paula: ¿Ella? -Él asintió-
Pedro: Me dijo a donde te tenía Lucas.
Paula: Hum... ¿Y él gracias? -Apareció Moro subiéndose a la cama con ayuda mía-
Pedro: Era porque no la denuncie.
Paula: ¿Nada más? -Acaricié a Moro-
Pedro -Asintió agarrando su celular-: Me mando el mismo mensaje. -Me hizo ver-
Paula: No me escondas nada, ¿si?
Pedro -Asintió-: Vos igual. ¿Meriendas conmigo? Es mucho esto...
Paula: Pero antes dime tus ideas...
Pedro: Son unas fascinantes ideas. -Sonrió-
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